Combatiendo por la libertad de la América Latina ha muerto nuestro comandante Ernesto Guevara Ha sido la noticia que más nos ha golpeado el corazón en los últimos años, que más ha herido nuestros pensamientos; para nosotros, el comandante Guevara era la encarnación de lo más puro y lo más hermoso que existe en el seno de esa actividad grandiosa que nos impone nuestra época: la lucha por la liberación de la humanidad; la profunda lección moral y política de su vida y de su muerte forma desde ahora parte inapreciable del patrimonio revolucionario de todos los pueblos del mundo. Y así su desaparición física es un hecho irreparable para el cual no debemos escatimar lágrimas de hombres y revolucionarios; la actitud fundamental a que nos obliga su actual inmortalidad histórica es la de hacernos verdaderamente dignos de su ejemplar sacrificio. Ser dignos de la vida y de la muerte del gran combatiente revolucionario, comandante Ernesto Guevara. Ésta es la consigna que debe unir a los revolucionarios latinoamericanos en el duro combate contra el enemigo común de la humanidad: el imperialismo norteamericano. Credo al Che El Che Jesucristo fue hecho prisionero después de concluir su sermón en la montaña (con fondo de tableteo de ametralladoras) por rangers bolivianos y judíos comandados por jefes yankees-romanos. Lo condenaron los escribas y fariseos revisionistas cuyo portavoz fue Caifás Monje mientras Poncio Barrientos trataba de lavarse las manos hablando en inglés militar sobre las espaldas del pueblo que mascaba hojas de coca sin siquiera tener la alternativa de un Barrabás (Judas Iscariote fue de los que desertaron de la guerrilla y enseñaron el camino a los rangers) Después le colocaron a Cristo Guevara una corona de espinas y una túnica de loco y le colgaron un rótulo del pescuezo en son de burla INRI: Instigador Natural de la Rebelión de los Infelices Luego lo hicieron cargar su cruz encima de su asma y lo crucificaron con ráfagas de M-2 y le cortaron la cabeza y las manos y quemaron todo lo demás para que la ceniza desapareciera con el viento En vista de lo cual no le ha quedado al Che otro camino que el de resucitar y quedarse a la izquierda de los hombres exigiéndoles que apresuren el paso por los siglos de los siglos Amén.
"Jorge Cruz" (Roque Dalton)
|